Nada más entrar en el edificio te envuelve un aroma de otros tiempos, intuyes que algo sorprendente te espera dentro. Subes las escaleras y te envuelve una luz tenue. Es un claro ambiente de fiesta... ¿Es posible enamorarse de una casa a primera vista?

Espacios generosos, techos altos con vigas de madera maciza, amplios ventanales de madera y cristal y allí, en el corazón del piso, el salón, la joya del lugar, con un suelo hidráulico original que viste con elegancia la habitación. Apetece salir a uno de los balcones para observar el ir y venir de la gente por una de las calles más emblemáticas y preciosas de Vilanova i la Geltrú.

Pero no se vayan todavía, que aún hay más. Pues la buhardilla es un espacio único para adaptarlo como más convenga. Y desde su terraza adyacente disfrutarás de una de las vistas más privilegiadas del casco antiguo.