Si el Modulor de Le Corbusier hubiera vivido en Barcelona, lo más probable es que hubiera buscado un piso como éste en el Eixample.

Desconozco los gustos de este hombre de Vitruvio del siglo XX, pero me lo imagino todo contento trabajando desde casa o cocinando, con todo diseñado y ajustado a su medida. O gozando de un desayuno veraniego en el balcón-terraza igual que cualquier mortal. O circulando por las calles de este barrio, planificado en el siglo XIX pero igualmente práctico hoy en día (Cerdá fue todo un visionario: siglo y medio después seguimos sin tener coches voladores).

En esta época en la que desde todos los frentes nos animan a vivir eligiendo nuestra propia aventura, del do it yourself y de la televisión a la carta, se agradece que nuestro hogar se adapte también a nuestras necesidades. Como este piso, diseñado para los modulores del siglo XXI.