En casa de Michele Bajona
Carles Bonnin nos habló de él. Se conocieron durante un aperitivo en Cadaqués. En el Marítim siempre escasean las mesas, y los dos son de aquella clase de tipos relajados y abiertos a la vida a los que no les importa compartir mesa con extraños. Se cayeron más que bien, y esa misma tarde, Michele decidió montar una fiesta para celebrar que se habían conocido.
Michele Bajona es arquitecto y pintor y vive a caballo entre Barcelona y Nueva York. Con estas coordenadas, el panorama es estupendo… Imaginaos además si os digo que es italiano. Imaginativo, de gusto muy educado, un gran conversador con mucho sentido del humor y gran admirador de Le Corbusier…
Y así es precisamente la casa donde vive junto a otros artistas y su compañera Thelma Seguí, también arquitecta y fotógrafa. Rodeado de pocas cosas, de sencillez aparente, de gusto exquisito, de flores gloriosas y mágicos juegos de luz que penetran por el salón y atraviesan todo el piso, de paredes que resuenan las risas de los gradivinos…
Me dice que es una nueva tribu urbana de artistas que se reúnen en el salón de su casa en la calle Gravina para confabular y cambiar el mundo —Aquí es donde las cosas pasan—. Me dice también que poseen la mejor receta de masa de pizza del universo, la *Gradivina y que, como el mito de Gradiva, quién la come avanza y puede llegar a atravesar las paredes…
Y una cosa lleva a la otra y así la vida transcurre, felizmente unos días, no tanto otros, y nosotros en medio de la marea, buscando el centro de gravedad permanente… En Nueva York carga las pilas arquitectureando residencias privadas, en Barcelona las descarga pintando acuarelas, buscando la luz perfecta de su admirado Sorolla en el Cercle Artistic de Sant Lluc.
Sus obras han sido expuestas en muestras colectivas e individuales en Nueva York, en Barcelona (actualmente hay una exposición en el Instituto Italiano de Cultura de Barcelona), y en su Italia natal.
Recientemente ha sido galardonado con el primer premio al mejor vídeo documental en la 54 Bienal de Arte de Venecia, en el pabellón de Italia, con un vídeo homenaje a Barcelona y sus artistas: B a r c e l o n a.
* Masa de pizza Gradivina:
750gr harina de fuerza
250gr harina normal o integral
25gr levadura fresca (Levital)
1/2 l de agua templada
Mezclar el agua, con la levadura y la harina. Primero añadir la harina de fuerza, luego, poco a poco y con las manos, la normal o integral. Tienes que meter las manos en la masa hasta el fondo, nada de miramientos, y seguir amasando con mucho amor y entrega hasta que la masa se despegue de los dedos.
Cuando eso ocurra, ya la puedes condimentar con una cucharadita de azúcar, una cucharada de sal fina y otra de aceite de oliva virgen. Después de tanto trajín, déjala descansar unas horas para que crezca.
Separa la masa formando 4 ó 5 «tetillas» y envuélvelas en un trapo para que leviten unas dos horas en lugar seco y no-frío. Luego, envuélvelas en papel film y congélalas si es que no las vas a consumir al momento. Cuando éste llegue, descongélalas a temperatura ambiente. Lo de enseñarte a amasar pizza… ¡Eso es otro cantar!