Inmofails: especial decoración navideña
Diciembre. Ese mes en el que las tiendas de alimentación se llenan de dulces navideños que al final no acabarás comiendo, y los blogs y revistas de decoración se llenan de instrucciones para adornos DIY que nunca acabarás haciendo. Pero hay una tradición que nunca falla: la de la decoración navideña chunga. En este post hacemos un homenaje a los #inmofails navideños, esas fotografías que encontramos en portales inmobiliarios en las que no sabes si intentan venderte la propiedad o convencerte de lo contrario.
Cada año por estas fechas se repite el mismo fenómeno: tiras de espumillón medio descolgadas, belenes en los que cada figura es de un tamaño diferente, y Santa Claus colgando en los balcones sin que nos quede claro si intentan subir o si solo quieren saltar y acabar de una vez por todas con su sufrimiento. El blog UglyHousePhotos lleva años recopilando todo tipo de atentados visuales dentro del mundo de la fotografía inmobiliaria, encontrando una fuente de horrores inagotable dentro del subgénero de la decoración navideña.
Mejor solo que mal acompañado
Confiésalo: a ti también te han dado ganas alguna vez de quedarte a solas en un rincón durante una cena familiar. Pues este árbol lo ha llevado al extremo, quedándose no solo como único elemento decorativo sino también como único objeto visible del salón. ¿Y esas manchas en el suelo? Lágrimas, seguro.
Ni tanto...
Navidad, época de excesos. Los propietarios de esta vivienda no habían oído hablar del Less is more de Van der Rohe, o no habían querido hacerle caso. Si dejamos pasar la ceguera momentánea que provoca esta imagen, podemos ver que las columnas dóricas, la chimenea tardo-modernista y la mesa-carrusel estaban ahí mucho antes que el espumillón. Al menos son coherentes en el estilo.
...ni tan poco
No hace falta pasarse con la decoración festiva. Incluso si no quieres poner ningún adorno, habrá quien te tache de rancio pero no podrán criticar tu mal gusto. Eso sí, si decides sucumbir al ambiente navideño, haz el favor de currártelo un mínimo y que tu árbol no parezca salido del estornudo de un camello.
El contexto importa
Pocos adornos navideños destacan por su belleza, así que es importante dónde se colocan. Por ejemplo, un Papá Noel, por chungo que sea, puede quedar gracioso asomando por una ventana. Pero quizá no sea la mejor idea esconderlo detrás del dispensador de agua y haciendo juego con el cubo de basura.
La resaca post-navideña
¿Quién no ha despertado alguna vez después de Nochevieja tirado junto al sofá, medio cubierto por una manta y con la ropa interior roja por los suelos? Este árbol nos representa más de lo que debería, casi podemos sentir su dolor de cabeza mientras suenan en la tele las palmas de la Marcha Radetzky el día de año nuevo.
¿Tienes algún ejemplo de #inmofail navideño que quieras compartir? ¡No te cortes!